Sé que me sigues paso a paso
desde aquella noche del adiós,
donde el miedo infame se apodero de mi mente, miedo de no verte,
de no tocar nunca tu piel ,
aquella que tibia dejaba deslizar como una cascada de
lujuria deseos de medianoche sobre mi desnuda figura...
Y esos labios llenos de soberbia pasión que no llegue a beber
pero que siento como míos al saborear el cerezo y la madera
del vino que reposa en mi copa y junto a la tuya esta, esperándote, viéndote llegar,
bajo una lluvia serena …
Y yo a tu encuentro , mojada entre tus brazos
entregándome a la delicia
que tiene tu piel….ángel de ébano….
